Decidiendo un viaje

Al fin recogí las pegatinas con el logo que preparé junto a Borja (http://bmmarq.com/) para el viaje, ahora empieza a parecer real. Tras unos meses de muchísimo trabajo, el día de partir (6 de julio) empieza a estar cerca y los preparativos… bueno…

Mi portátil con la pegatina del viaje
La primera pegatina.

Hace unos meses decidí que seguir soñando con vueltas al mundo y esperando el momento de tomar un año sabático no era buena idea. Tenía moto nueva, dinero suficiente, pocos compromisos y mucha suerte encontrando jefes, había que aprovechar. Dos meses son bastante, pero creo que no suficiente para recorrer África a su ritmo y al de su burocracia, son demasiados si hay que viajar por Europa con su coste de vida y, evidentemente, enviar la moto a Australia o América está fuera de mi presupuesto. Acabé mirando el Mar Negro, el punto donde se unen Asia y Europa, la zona donde acababa el mundo para los griegos, donde los imperios Ruso, Otomano y Persa han pasado siglos guerreando y moviendo fronteras y donde ahora mismo Turquía, Rusia y Europa luchan por ser potencias relevantes.

Más allá de los pasos obligados que imponen las fronteras y de algunos puntos turísticos imprescindibles la ruta está por concretar y en parte la decidiremos sobre la marcha, en función de los puntos que parezcan interesantes y de lo que decida fotografiar. Porque quiero aprovechar estos dos meses para, al menos, empezar un proyecto fotográfico de cierta envergadura que anime un poco la web y que pueda intentar mover, no sé muy bien por donde. Sobre las fotos, ando indeciso, puedo buscar historias o temas concretos y localizados que sean interesante, pero siempre voy a estar limitados por el tiempo que pueda permanecer y perderé la visión global de la región. O, puedo ir a lo grande y trabajar sobre el mar negro como frontera y punto de encuentro (o desencuentro) para esto obviamente no es suficiente con dos meses, pero el viaje es una oportunidad única para empezar y para tener una visión global de la región.

Planeando la ruta
Planeando la ruta

En cuanto a la forma de viajar, moto, tienda y hornillo. Uno de los grandes placeres de viajar es dejar atrás la preocupaciones diarias, los compromisos, responsabilidades… hacerlo en tienda permite olvidar también las prisas, la necesidad de llegar hasta el hotel y de ajustar presupuesto… Este viaje es una oportunidad para intentar una vida más básica solo con aquello que se puede llevar en la moto, menos objetos, menos gastos y menos preocupaciones.

Quiero viajar tanto como sea posible por zonas rurales, con menos turismo, menos tráfico y menos complicaciones. Espero que en allí sea más fácil acercarse a la gente y aprender como viven, y espero que sea también más fácil conocerles y fotografiarles. Además, creo que si hay algo en común entre quienes viven a orillas del Mar Negro, será más fácil de encontrar lejos de las grandes ciudades.

rumbo al mar negro