Granada y una fe inquebrantable en Google Maps

Llevaba tiempo mirando motos, la V Strom 650 iba a por los 140.000km y aunque nunca había dado ningún problema yo no podía evitar obsesionarme con cada ruido, cada movimiento extraño y cada frenada. Por momentos vivía esperando la inminente avería grave que dejase el valor de la moto a cero. O peor, la frenada en que la falta de ABS y los frenos mejorables de la moto acabase con los dos dando tumbos sobre el asfalto. Después de algún teórico chollo para cambiarla por motos de segunda mano que no acabó de prosperar tenía el dinero para ir a por una moto nueva, evitando el azar y la espera del mercado de segunda mano.

Así que una vez decidida la candidata tocaba despedir a la V Strom 650 y aprovechamos las buenas temperaturas de finales de abril para poner rumbo a Granada.

Lucia mirando Granada.
Lucia mirando Granada.

Llegamos al hotel, en un pueblo a los pies de Sierra Nevada a hora de cenar e ir a la cama, la mañana siguiente tocaba madrugar para recorrer Granada. Vagabundeamos por la ciudad durante todo el día, sin rumbo claro simplemente dejándonos llevar o marcando un rumbo más o menos aleatorio. Recorrimos calles, escaleras, plazas… algunas llenas de turistas haciendo fotos o tomando tapas y otras desiertas donde parar a descansar un momento o a tomar un par de fotos.


El día siguiente decidimos ir al Sacromonte, mientras desayunábamos busqué la ruta en el teléfono y me ofreció dos alternativas, una circunvalando toda Granada y otra, un poco más lenta pero con menos de la mitad de kilómetros y en linea prácticamente recta, la decisión era evidente, al menos hasta que el asfalto dio paso a una pista de tierra. No obstante y siendo la ruta indicada por Maps (configurado evidentemente en ruta para coche) seguimos adelante, cuando fue evidente que aquello era un error de Google habíamos avanzado demasiado como para dar media vuelta así que a ritmo de tortuga coja (mis habilidades off-road no dan para más) seguimos avanzando con algunas risas y con Lucía esperando vernos nadar a la V Strom y a mi en alguno de los riachuelos un par de veces.

Alcanzamos al fin el Sacromonte, no sin antes pasearnos dos veces por delante de un grupo de domingueros que se preparaban para pasar el día en un claro y que nos miraron tomándonos por locos o algo peor.

Acabamos de pasar el domingo en Granada, cervezas, tapas, un helado y toda la tarde de domingo para recorrer de nuevo la ciudad, ahora bastante más tranquila.

Para el lunes sólo quedaba la vuelta, con parada en el castillo de Calahorra, pequeño pero espectacularmente conservado, según nos comentaron hasta no hace demasiados años los dueños siguieron viviendo allí, la pena fue no poder entrar, al parecer el dueño lo abre y permite visitas pero únicamente los miércoles, tenemos pues excusa para volver.

Castillo de Calahorra
Castillo de Calahorra

Pocos días después la V Strom 650 con 139.999km en el marcador se quedaba aparcada en el concesionario a la busca de un nuevo dueño que siga recorriendo carreteras o caminos por mucho más kilómetros y yo quedaba a la espera de su sustituta que llegaría en pocos días y que aunque no estaba seguro no me ha permitido echar de menos a las 650 en ningún momento.